Cuando alguna parte del coche no funciona correctamente, la primera señal que se suele notar es un ruido extraño. En el caso de los frenos, el sonido más frecuente es ese molesto chirrido capaz de atraer las miradas de todo el que ande por la calle en ese momento.
Lo curioso de este tipo de ruido en los frenos del coche es que pueden ser síntoma de un gran número de problemas. Desde el más nimio, hasta averías o desgastes serios, para los que será preciso tomar acción inmediata. Por eso, aquí te explicamos las posibles causas y cómo eliminarlas.
Lo primero que tienes que tener claro antes de ponerte manos a la obra, es que los frenos son una parte crucial de la seguridad del coche. Por eso, siempre deberán ser tratados con la máxima profesionalidad y rigor. Sobra decir, que eso es lo que encontrarás en un taller de confianza, donde podrán solucionar cualquier problema relacionado con los frenos.
Dicho esto, también es verdad que tú mismo puedes hacer una inspección visual, además de seguir algunos pasos sencillos para solucionar algunos problemas de los frenos. Si los conoces, te podrás ahorrar dinero o, cómo mínimo, sabrás si te están tomando el pelo en algún taller dudoso.
Pastillas de freno
Una de las fuentes más habituales del chirrido de frenos suelen ser las pastillas. Recuerda que son las encargadas de detener el giro de las ruedas y, a través de ellas, un vehículo de una, dos o más toneladas. Por eso, no es de extrañar que se generen ruidos por varias causas. Éstas son las más comunes:
- Pastillas gastadas: si su grosor disminuye lo suficiente, algunas partes metálicas podrán rozar contra el disco y generar un ruido muy fuerte. Será necesario cambiar las pastillas inmediatamente.
- Pastillas de mala calidad: si escatimas demasiado en las pastillas de freno que compras, se puede llegar a notar con chirridos u otros ruidos anómalos. Sobre todo porque no incluyan algunos pines de sujeción u otras piezas, y tengas que reutilizar las antiguas.
- Pastillas con una forma ligeramente diferente a las que has quitado: a veces, una pequeña diferencia en su forma provoca que las pastillas rocen de forma diferente contra el disco. Si éste tiene ya el típico escalón por el uso de la anterior pastilla y la nueva llega a tocarlo en exceso, se suele traducir en ruidos excesivos o incluso un chirrido.
- Pastillas cristalizadas: la cristalización se produce cuando se calientan en exceso las pastillas. Esto puede pasar por un uso excesivo de los frenos, que haya superado sus niveles de tolerancia (ojo de nuevo con las pastillas de mala calidad) o por un disco defectuoso. Las pastillas cristalizadas se reconocen fácilmente porque tienen una superficie mucho más brillante que las que están en buen estado.
- Desgaste desigual de las pastillas de freno: dentro de los diferentes tipos de frenos que hay, algunos tienden a desgastar más las pastillas del interior. Cuando ya hay mucha diferencia entre ambos lados, se puede llegar a traducir en unas mayores vibraciones del conjunto y, en consecuencia, el dichoso chirrido de los frenos.
Pinzas de freno
En las pinzas hay varios componentes que pueden ser la causa de ruidos anómalos en los frenos. Principalmente porque tienen piezas móviles que requieren de lubricación y un mantenimiento adecuado. Esto es lo que puede estar causando ruidos:
- Si los clips que sujetan las pastillas están oxidados y sin lubricación se oirán ruidos extraños. Así que es bueno limpiarlos bien y lubricarlos, para lo que el líquido fabricado por WD-40 o marcas similares es muy útil.
- Si se rompen los clips que ayudan a que las pastillas se separen cuando no frenamos, se oirá el ruido aunque estemos sin frenar.
- Pernos de deslizamiento sin lubricación: hay que quitarlos y ponerles grasa sintética para que realicen bien su función. También es recomendable revisar los guardapolvos que tienen, para que no pierdan la grasa y que no les entre suciedad o agua. Más abajo te explicamos el proceso completo y añadimos un vídeo para que veas un ejemplo de cómo se hace.
Discos de freno
En los discos también se puede encontrar el origen del chirrido de los frenos. Estas son los problemas más habituales de estas piezas:
- Discos gastados: aunque sean de un metal muy duro, los discos también se acaban desgastando frenada tas frenada. Cuando su grosor ha disminuido mucho, se les nota un escalón cerca del borde que puede llegar a causar ruidos. Esto se debe a que dicho escalón roza con la pastilla y genera un chirrido desagradable.
- Discos rayados o agrietados: si los discos se han rayado por la entrada de suciedad, grava o cualquier cosa lo suficientemente dura para rayarlos, su fricción contra las pastillas generará vibraciones. Esto se puede traducir en el chirrido que estamos intentando eliminar.
- Disco mal colocado: cuando se cambia de discos, es muy importante que no haya ninguna suciedad o impureza en la superficie sobre la que van colocados. Si no se tiene en cuenta esto, el disco puede quedar mal asentado y, aunque a simple vista no se perciba la desviación, sí que se podría oír al frenar. Ten en cuenta que la velocidad con la que gira la rueda puede ser muy alta y las vibraciones se pueden notar como un sonido agudo.
Sistema hidráulico de los frenos
Un frenado insuficiente por problemas en el sistema hidráulico también es una causa probable del chirrido de los frenos. Si hay alguna pinza que no aprieta el disco con suficiente fuerza con el líquido de frenos, lo único que hará será rozar y rechinar. Las que realmente están deteniendo el coche con las demás ruedas cuyos frenos funcionan normalmente.
Para detectar esto, se puede levantar el coche y, mientras se pisa el freno, tratar de mover la rueda con las manos. Si no tienes a nadie que te ayude, puedes usar un palo o cualquier otro objeto sólido apoyado contra el asiento que deje el pedal apretado.
Cómo quitar los chirridos de los frenos
Una vez que ya te has hecho una idea del origen de los chirridos de los frenos, es recomendable seguir los siguientes pasos para dar con una rápida solución al problema:
- En primer lugar, es importante hacer un recuento de algunos elementos que podrán ser necesarios para realizar una buena inspección y dar una solución concreta al problema. Deberás tener a la mano:
- Un gato para levantar el coche. Aunque también es recomendable unos caballetes para mantenerlo arriba por seguridad. Lo hay de hasta 2 toneladas aunque también puedes decantarte por los que aguantan 3 toneladas por asegurar.
- Un líquido limpiador de frenos: como el de Liqui Moly o el de Wurth, aunque hay más marcas.
- Spray antichirridos para frenos: los de Liqui Moly o WD-40 están bien, aunque tienes más opciones.
- Llaves para tuercas de diferentes tamaños. Una caja de herramientas para coche será muy útil y no son caras.
Y sin el problema requiere sustitución de piezas:
- Pastillas de frenos
- Discos de freno
- líquido de frenos
- Un martillo de goma.
- Una vez que tienes lo que necesitas, toca ponerse manos a la obra: se empieza por levantar la rueda de donde viene el ruido con el gato y le se pone su respectivo refuerzo para evitar accidentes (como los caballetes antes mencionados). Mantener un bloque de madera de la altura adecuada también es una opción para brindar una seguridad adicional. En ese caso no quites el gato.
- Saca la rueda, ya que están tapando el conjunto del freno de disco y ahí es el área en donde se crea el chillido. Comienza por inspeccionar visualmente las pastillas y los discos para detectar cualquier signo de desgaste. Comprueba si los discos (también llamados rotores) tienen cicatrices, están desgastados o presentan algún tipo de deformación. Los chillidos pueden venir de las ranuras pequeñas. Además, unos discos deformados pueden ser el problema que se está buscando. En este caso, deberás cambiarlos.
- Ya que estás en este punto rociar y limpia el rotor y la pinza del freno para eliminar el polvo acumulado. Esto debe hacerse antes de empezar a separar el mecanismo del freno.
- Revisa el interior para comprobar el estado de las pastillas del freno. Trata de detectar si están desgastadas y, por lo tanto, son las causantes del ruido. Se puede ver a simple vista quitando la rueda o a través de la llanta si hay suficiente hueco.
- Mira si los pernos todavía están bien protegidos por sus respectivos tapones y guardapolvos. Si alguien te puede ayudar, que pise el freno mientras los observas para ver que las pastillas vuelven rápido a su posición cuando se suelta el pedal.
- Utilizar una llave Allen para la separación de la zapata del rotor del freno de disco. Es necesario llegar a la pinza del freno con la llave Allen, de modo que hay que aflojar y sacar dos tornillos que allí se encuentran. Después de sacar los tornillos limpiarlos muy bien, luego aplicar lubricante Spray WD-40 con un trapo. La limpieza y la lubricación del sistema de frenos es una forma eficiente de deshacerse del chillido en las pastillas de freno o en los rotores. En este vídeo puedes ver cómo lo hacen:

Artículo fuente: https://www.actualidadmotor.com/como-hacer-para-que-los-frenos-dejen-de-chirriar/
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